El tiempo es un gran autor.
Siempre acaba con un final perfecto.
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Con la edad voy perdiendo vista y voy ganando luz.
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Él nos dijo: pureza espiritual
y entendimos desprecio y vergüenza por nuestro cuerpo.
Él nos dijo: al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios;
y las iglesias se llenaron de tesoros mundanos.
Él nos dijo : piedras vivas;
y fabricamos muros que nos separan.
Él nos dijo: libertad;
y el hombre impuso la religión.
El nos dijo: hazte el ultimo;
y fabricamos jerarquías.
Él nos dijo: paz;
y entendimos comodidad e indiferencia.
Él nos dijo: aceptación;
y entendimos suplicio y tristeza.
Él nos dijo: caridad;
y entendimos limosna.
Él murió para salvarnos;
y nosotros fabricamos un infierno para los demás.
Él nos enseñó, resurrección;
y nos quedamos en la cruz.
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Yo soy la mar y el barco
y me levanto la tormenta
y cojo el timón;
que vértigo me doy.
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Soñar, volar, reír, llorar, o aburrirse profundamente;
pero nunca matar el tiempo.
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Me estoy poniendo entre la espada y la pared
en como amar a los demás;
y yo me rindo.
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ni tu voz que rota y deformada
canta letra de pobre descontento
y hace light su protesta enmascarada.
No me engañas porque te conozco,
desahogo de violencia reprimida
es la fuerza que componen tus palabras.
No me creo tus frases preparadas
que convencen a masas ignorantes;
ni me creo tus banderas encarnadas
porque nunca has luchado por los pobres.
No me engañas porque te conozco,
eres el que odiabas el trabajo
y solo luchas por ganarte tu batalla.
No me creo la defensa de tus armas,
ni tu falso prometer de un juramento;
camuflado detrás de un uniforme
eres solo robot sin sentimiento.
No me engañas porque te conozco,
eres el que ni amas ni toleras
de inocentes verdugo justiciero.
No me creo tus limpios atuendos,
ni tus sacras y sublimes bendiciones
eres solo envoltura y ornamento
tu interior una rutina de sermones.
No me engañas porque te conozco,
eres vil mentiroso y embustero
hechicero sin magia y sin valores.
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