LO HE LEIDO, LO HE SOÑADO, LO HE VIVIDO..., YA NO LO RECUERDO, QUE MÁS DA.

martes, 8 de abril de 2014

!Hacer! !Divino hacer!



!Hacer! !Divino hacer!
Verbo encarnador de toda forma.
Motor de vida que hizo y se hizo
para nunca dejar de hacer y de hacerse.
Palabra que pasa del dicho al hecho
para que su solida realidad
no sea llevada por el viento.
Obra y no razón, que puso el amor
en la creación.
Laboriosidad que debiera ser
justa condición que a todos nos diera
derecho a comer.
Única verdad que nos juzgara,
tan solo salvando a los servidores,
sin palabrería,
y no a los que rezan dichos repetidos,
porque por sus obras serán conocidos.
Mano de obra, mantenedora de la vida,
la que vive y se alimenta, tan solo,
de la vida de los que se dan por ella.
Vivo sacrificio de leña salvadora
porque con su arder, no deja que caiga,
la luz de la vida en negros vacíos
de la dejadez.
Acto de amor, para algunos verdadero;
los que hacen con esmero labores para lo ajeno
con alegría y cariño, sin aparentar cansancio,
gustosos por su servicio;
Los que se dan de verdad, haciendo bien lo que pueden
a toda necesidad,
y no piden nada a cambio, tan solo porque lo quieren;
los que nunca echan en cara sus labores cotidianas ,
haciéndolas sin desgana, con sonrisa y con pasión,
porque todo lo que hacen lo hacen de corazón.
En cambio a la mayoría
nos cuesta mucho el hacer, que no sea de nuestro gusto,
y le llamamos trabajo, dolorosa obligación
que si no hay más remedio, lo haremos mal y a dijusto,
Porque tan solo pensamos en nuestra comodidad
aunque mucho cacareemos de amor y fraternidad.
A muchos nos pasa eso:
que hablamos y confundimos el decir con el hacer,
hasta que una poca luz, juzga nuestra insensatez,
de comparar lo distinto;
pues cuan diferente es:
mi pregonado decir, de tu sosegado hacer,
mujer.