LO HE LEIDO, LO HE SOÑADO, LO HE VIVIDO..., YA NO LO RECUERDO, QUE MÁS DA.

miércoles, 20 de abril de 2016

¡Hoy, nos he visto!




Hoy nos he visto. Íbamos de fiesta.
Sí, a ti y a mí, cogidos de la mano.
Tú: hermosa y esbelta, con la belleza que te veo
en mis horas más enamoradas .
Tan callada, hablándome, de tu felicidad, con la mirada.
Y yo: elegante y sonriente, con mi cuerpo, el legítimo,
y no este que encontré a la entrada de la vida,
y que tuve que calzarme por las prisas al nacer.
Tú y yo, unidos, llenándolo casi todo,
conteniendo toda la diversidad, aunada en nuestro amor.
Pareja enamorada, que como célula esencial de vida,
la entreteje, y toda es.
Los dos íbamos juntos, como siempre y para siempre.
Tú, contenta y decidida, afectuosa con todo, y conmigo,
por estar a tu lado, aunque no por ser,
 ese que yo quisiera, y que te mereces,
como el que he visto de tu mano, tan perfecto y feliz.
Parece que el tiempo no existiera, a tu lado,
aunque sí los días y las horas y los besos,
que contigo vivo.
Cuarenta y dos años, no son nada,
ante la eternidad que me deseo junto a ti,
aunque sí me valen, para valorarte,
tan madura y comprensiva con todos,
capaz de sacrificarte hasta el agotamiento, por amor,
amistosa y simpática, siempre sonriente,
por encima de cualquier dolor.
Y me vale, para valorar,
la suerte que tuve al conocerte
y que aceptaras mi pobre compañía.
Espero con el tiempo merecerte, y si no,
ya sabes que estaré, si quieres,
eternamente esforzándome,
 para que veas en nosotros,
esa pareja feliz y enamorada
que yo he visto hoy,
tan real, que no puede ser un sueño.
Íbamos andando, hacia el infinito,
eternamente jóvenes,
todo estaba lleno de luz y color,
el mundo era nuestro,
agarrados de la mano, juntos para todo.
Porque somos uno, aunque seamos dos
en esa dimensión que se llama “AMOR”


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martes, 12 de abril de 2016

"La vida pesa"





“La vida pesa”
Nos carga de pesares y dolencias
que nos pesan cada día más.
Los hombros decaen
la esbeltez se encorva,
nuestro caminar
se nos hace lento,
en las piernas sentimos
el peso del tiempo.

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“Como niños es la vida”
Con su cariño egoísta, que por tanto querernos, no consiente que nos despreocupemos de ella ni un solo momento. Llama nuestra atención constantemente con problemas y travesuras que nos dan mucho que hacer. Ríe cuando estamos contentos con ella, y nos abraza cariñosamente; aunque también, cuando detecta nuestro mal humor; llora, grita e incordia nuestra desesperanza con su desesperanza, hasta que vemos que no hay otra solución que aceptarla con paciencia y con cariño.
Infantil es la vida, caprichosa y cambiante a cada paso. Nos da penas y alegrías sin parar; más al que no la soporta, más penas que alegrías le aporta.
Nuestra vida, no para de pedirnos: alimento, juego o descanso. Cuando se aburre, nos aburre, por no soportar nuestra falta de dedicación. Muchas veces, no nos deja dormir con sus desvelos y pesadillas.
Más ahora, dudando de esta teoría seguramente infantil, estoy creyendo que al parecer, no solo hay una vida” hija de su madre”, sino otra vida madre: “la madre que nos parió”, sin pedirnos permiso para nacer. La que tiene nuestro alimento en sus senos y en su piel, aunque no hay otra forma de obtenerlo si no es ordeñándola  trabajosamente. Una vida madre, primitiva e injusta que siempre nos expone a competir para vivirla, dándole ventaja a la fuerza bruta y a la maligna astucia, que crea tanta desigualdad.
En fin, una vida infantil que debe crece en conciencia, y otra madre, que debe madurar en sabiduría y amor. Dos en una, íntimamente unidas en ese caminar evolutivo en la que la espiritual visión humana, tiene mucho que decir, y sobretodo, hacer.


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“Acérquense y jueguen sus papeletas, en la gran tómbola de la vida”, que todas tienen premio. Apuesten ilusiones que puede ser que acierten los premios mayores, tenemos: paz, amor y libertad, salud,  justicia y felicidad, “que les puede tocar más de uno”.
Poned de vuestra parte, ese pequeño valor que solo se les pide.
Jugad y elegir, que vuestra suerte está en vuestras manos, y no es todo bueno.
Comprad boletos de mayor o menor cuantía, que hay muchos premios para ganar; tenemos: trabajo, dinero para comprar, empresa, amistades, y muchos muñecos piloto que os llevarán a un sentido de vida siempre dedicado a ellos.
No se queden fuera, juéguense la vida si quieren vivirla.
Acérquense todos.
Apostad por vivir momentos buenos
que los malos vienen solos.

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martes, 5 de abril de 2016

Esta noche he tenido un sueño.

 

Esta noche he tenido un sueño:
el sueño de que revolucionariamente, en el mundo, se había declarado la paz.
Iba la gente, tumultuosamente, saludando y abrazando a todos los que al paso encontraban, invitándoles con alegría a que tomaran parte de la revuelta popular. Sacaban libremente a los soldados de sus tanques, a los que sometían con afectuosos clamores y sonrisas que contaminaban de paz a todos los que portaban armas, los cuales, enfermos de la misma perturbación, las arrojaban con desprecio.
La gente corría despavorida de felicidad, algunos lanzando dinero al viento, el cual revoloteaba con tal abundancia que parecían copos de papel; maná que llegaba a todas las manos necesitadas.
La minoría resistente era convencida a base de jubiloso optimismo y manifestaciones de sincero cariño y aceptación. No había mal que no se rindiera ante el poder de tanta bondad.
Las plantas y los animales parecían contagiarse de la misma alegría; las plantas con sus colores y flores, pregonando primavera; los animales retozando, cantando y volando en una explosión de divina fiesta en la que todos lucían su maravillosa diversidad.
La paz había ganado. En el mundo no había violencia ni hambre, todos vivían sencillamente pero sin carencia. Las máquinas y la tecnología pasaron a ser solo servidoras del bienestar humano, potenciándose los valores ecológicos, culturales y de afectividad con todos y con todo. Al amor se le dio la divinidad máxima, gestor y creador de todo lo existente y por existir. Desaparecieron las oraciones rogativas y de perdón, para pasar solo a continuas alabanzas, manifestadas a través de los sentidos, los cuales disfrutaban de la extensa y variadísima abundancia que de todo manaba, siendo esta emanación de olores, sabores, colores, texturas y sonidos, a la vez, sabidas alabanzas emitidas por toda existencia agradecida.
Al trabajo, se le cambió el nombre por el de servicio, el cual era un gozo para todos, ya que cada persona buscaba servir en lo que mejor sabía, no faltándole a nadie dedicación ni descanso.
La esperanza, ahora era una virtud activa, porque en un mundo en paz se podía crecer infinitamente en felicidad. Todo era un big bang de belleza y armonía, de alegría y amor.
Anoche tuve un sueño, ya sé que solo un sueño, con el que ahora, un poco más despierto sigo soñando.
La revolución de amor y paz que en este mundo, desde siempre se está esperando.