En este
mundo egoísta y usurero
en el
que abusa una injusta minoría
de una
pobre y sumisa mayoría,
por
creerse que el papel es lo primero.
Entre
todas las cosas que yo quiero
tengo
una de suprema jerarquía
y es
que espero ilusionado que algún día
la
persona sea más digna que el dinero.
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En este
bajo mundo, tan tapiado,
que
interpone sus fronteras al andar,
acotando
hasta la forma de pensar,
yo me
siento bastante limitado.
Porque
todo en este mundo es controlado
por
poderes que no pueden soportar
que en
la vida haya un libre caminar
que no
tenga que cumplir lo señalado.
Y es
por este impedimento tan reglado
que yo
nunca he podido traspasar,
por lo
que siempre elegí, poder volar,
sobre
este bajo mundo, parcelado.
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La primera verdad en cualquier
institución,
es semejante a un blanco manto de nieve que pronto se derrite,
dejando al descubierto la baja condición de la naturaleza que la sostenía.
es semejante a un blanco manto de nieve que pronto se derrite,
dejando al descubierto la baja condición de la naturaleza que la sostenía.
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Son; los valores, las gracias, las ilusiones, las virtudes, las verdades, las luces; las que se encarnan y reencarnan con mayor o menor proporción en cada persona. Como colores en un complejo mural se van plasmando como bordados, cada vez más perfectos, más elaborados y bellos. Todos esos energéticos pigmentos de alma universal, son los que prevalecen armoniosamente unidos, conformando una libre y abierta esencia que posiblemente nunca morirá.
Porque morirán los cuerpos y todas
las formas aparentemente cerradas, e independientemente sentidas erróneamente aisladas.
Por no saber que cualquier particular existencia está abiertamente condicionada
a formar parte de un todo que se subdivide y se multiplica, prevaleciendo en
él, ese bello bordado siempre creciente en colores, valores, ilusiones,
verdades, luces; cosidos todos ellos con el divino hilo del amor. Y que cuya perenne
existencia traspasará cualquier muerte o destrucción, formando parte de una
existencial energía, habitadora de una dimensión incomprensible para la mortal
mentalidad humana.