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Deprisa, deprisa,
que no pare esta carrera sin freno,
que no hay tiempo que perder.
Corramos, seducidos por la máquina, que nos sacó de nuestro humano ritmo.
Corramos hacia el triunfo,
Hacia el ganar a toda costa.
Hacia el enriquecimiento, sin límite consciente.
¡Vamos, corramos!
A ver quien corre más,
antes de que la carrera acabe.
Antes de que las fósiles energías abandonen a las dinosarias mentes, incapaces de caminar con luz propia.
Corramos estrepitosamente, a ver si conseguimos por fin; reventarnos nuestras huecas cabezas contra un fin, que sobre todo nos servirá para estar de vuelta de un erróneo sentido de vida, ciego para ver los pequeños detalles floridos de una vida que no vemos, por culpa de nuestra prisa.
"Cojamos fuerza para parar"
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que no pare esta carrera sin freno,
que no hay tiempo que perder.
Corramos, seducidos por la máquina, que nos sacó de nuestro humano ritmo.
Corramos hacia el triunfo,
Hacia el ganar a toda costa.
Hacia el enriquecimiento, sin límite consciente.
¡Vamos, corramos!
A ver quien corre más,
antes de que la carrera acabe.
Antes de que las fósiles energías abandonen a las dinosarias mentes, incapaces de caminar con luz propia.
Corramos estrepitosamente, a ver si conseguimos por fin; reventarnos nuestras huecas cabezas contra un fin, que sobre todo nos servirá para estar de vuelta de un erróneo sentido de vida, ciego para ver los pequeños detalles floridos de una vida que no vemos, por culpa de nuestra prisa.
"Cojamos fuerza para parar"
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A relajarse, a relajarse.
Que la paz inunde vuestros corazones.
Aspirad, espirad; respirad.
Limpiad de resentimiento vuestras entrañas.
Evacuaros de odio y llenaros de dulces miradas de limpia sonrisa.
Cargad vuestras neuronas espejo de empatías que sientan la necesaria trasfusión de amor que necesita este mundo que se desangra de olvido.
Hincharos el pecho de deseos de justicia y amor.
Y sentir vuestras manos unidas a una inmensa multitud que como vosotros, desea un mundo sin violencias, sin odios; creyentes en el verdadero Dios del Amor.
Un Dios sin nombre y sin fronteras de ningún tipo, que se trasmite sobre todo a través de una paz que nunca se rinde al desamor.
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