Es
tanto lo que te quiero
que he perdido hasta el sentido,
desde aquel lejano encuentro,
pasado ya medio siglo
por ti perdí la razón
y desde entonces te sigo.
Tu me llevas y me guías,
tu camino es mi camino,
aunque en ti tengo mi puerto
porque tu eres mi destino.
Eres el sol de mis días
y tu abrazo mi cobijo,
eres vida de mi vida
porque yo sin ti no vivo.
Compañera de cosechas
que soportaron pedrisco,
nuestro amor se fue gestando
como las matas de trigo
que crecieron y granaron
con el tiempo y el cultivo.
Que tu amor nunca me falte
es mi esperanza amor mío
porque mi vida sin ti
no tiene ningún sentido.
que he perdido hasta el sentido,
desde aquel lejano encuentro,
pasado ya medio siglo
por ti perdí la razón
y desde entonces te sigo.
Tu me llevas y me guías,
tu camino es mi camino,
aunque en ti tengo mi puerto
porque tu eres mi destino.
Eres el sol de mis días
y tu abrazo mi cobijo,
eres vida de mi vida
porque yo sin ti no vivo.
Compañera de cosechas
que soportaron pedrisco,
nuestro amor se fue gestando
como las matas de trigo
que crecieron y granaron
con el tiempo y el cultivo.
Que tu amor nunca me falte
es mi esperanza amor mío
porque mi vida sin ti
no tiene ningún sentido.
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¿QUE ES
PARA MÍ LA POESÍA?
¡Ay!
ruiseñor que cantas en silencio,
libre de ser atrapado ni siquiera con la vista,
son tus sonidos, como latidos que resuenan escondidos
en adentros espinosos y floridos de la vida.
Tú que habitas en los pechos abiertos por el amor
y que oyen tu cantar a través de sus heridas,
que no se calle nunca la bella música de tu voz
amorosa compañera de soledades furtivas.
Que sea tu cantar, diana que despierte mi sentir,
no permitas que mi corazón se duerma por tu ausencia,
mantenme en vela ante este mundo moribundo
que agoniza por su falta de conciencia.
Profundo ruiseñor, alma de la palabra
que cantas cuando callo, no pares tu insistencia,
levanta mi atención ante cualquier visión,
no dejes que me caiga en la sorda indiferencia.
Que no me sea indiferente el dolor o la alegría de la gente,
y que en la transparencia de unos ojos yo pueda ver el mar,
que la naturaleza contenga para mí, valiosos tesoros de belleza,
y que a las pequeñas cosas de la vida, yo pueda sentirles tu cantar.
Amado ruiseñor que me cantas en silencio
que nunca me falte el sentir que oye tu melodía
o se quedará sin colores y sin luces mi mirar,
y por dentro tan solo seré, una cámara vacía.
Libertad escondida que me das alas para soñar,
y que desde niño me hiciste volar con tu fantasía,
aunque nunca con mis palabras te pueda yo imitar,
tu canto es para mí, la más profunda “poesía”.
libre de ser atrapado ni siquiera con la vista,
son tus sonidos, como latidos que resuenan escondidos
en adentros espinosos y floridos de la vida.
Tú que habitas en los pechos abiertos por el amor
y que oyen tu cantar a través de sus heridas,
que no se calle nunca la bella música de tu voz
amorosa compañera de soledades furtivas.
Que sea tu cantar, diana que despierte mi sentir,
no permitas que mi corazón se duerma por tu ausencia,
mantenme en vela ante este mundo moribundo
que agoniza por su falta de conciencia.
Profundo ruiseñor, alma de la palabra
que cantas cuando callo, no pares tu insistencia,
levanta mi atención ante cualquier visión,
no dejes que me caiga en la sorda indiferencia.
Que no me sea indiferente el dolor o la alegría de la gente,
y que en la transparencia de unos ojos yo pueda ver el mar,
que la naturaleza contenga para mí, valiosos tesoros de belleza,
y que a las pequeñas cosas de la vida, yo pueda sentirles tu cantar.
Amado ruiseñor que me cantas en silencio
que nunca me falte el sentir que oye tu melodía
o se quedará sin colores y sin luces mi mirar,
y por dentro tan solo seré, una cámara vacía.
Libertad escondida que me das alas para soñar,
y que desde niño me hiciste volar con tu fantasía,
aunque nunca con mis palabras te pueda yo imitar,
tu canto es para mí, la más profunda “poesía”.
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