LO HE LEIDO, LO HE SOÑADO, LO HE VIVIDO..., YA NO LO RECUERDO, QUE MÁS DA.

domingo, 5 de abril de 2020

El laboratorio


Las dos embatadas figuras se encontraban atareadas entre los variados artilugios de un desordenado y cutre laboratorio químico, el cual disponía tan solo, de un viejo maestro; de piel arrugada y carcomida, por errores cometidos en anteriores ensayos; y un desaliñado alumno, al cual no paraba de corregir.
--¡A ver, Bartolo! Pon esmero en lo que estás haciendo que este experimento me ha sido encargado por un alto poder eclesiástico, el cual nos mandó esa pequeña Cepa de murciélagos, para que investiguemos sobre ella.
--No se preocupe Dr. Guadaño que yo cumpliré con mi cometido--.
Poco después el desordenado alumno reclamó con urgencia a su tétrico jefe, el cual apareció totalmente protegido.
--¡Perdone maestro! Esto se me ha ido de las manos, porque éste virus ha mutado y seguro que se ha vuelto agresivo para los humanos.
--¡Te lo dije que tuvieras cuidado! Tú quédate ahí en cuarentena, que yo me haré cargo de todo--.
Poco después el viejo químico, tomó una mínima porción de la Cepa, la cual depositó en un precintado sobre, en el que copió una extraña dirección en la que destacaba: "Mercado mayorista de mariscos de Wuhan, China".
Seguidamente, blindó el laboratorio por fuera, el cual estaba preparado para peligrosas fugas, pasando después a comunicarse telefónicamente con su distinguido cliente.
--Reverendísima Eminencia, quiero comunicarle que todo ha salido como su sagrada voluntad quería; lo que no entiendo es el motivo de su respetable encargo.
--Vd. No comprendería mis excelsos motivos. Tan solo le diré que los renglones torcidos de mi Señor, me han inspirado a sentir que este mundo estaba cayendo en una apostata libertad mental que solo se podía remediar a través del miedo; el que siempre ha sido el mejor aliado para que la impotente humanidad se muestre devotamente sumisa hacia la divina promesa de nuestra predicada salvación--.
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Desde este encierro, tan desesperado,
he creído ver, en televisión,
algo que no sé, si es hecho real,
o morbo inventado.
Y es que me parece que las locutoras
están elegidas, para animadoras,
de un género humano, un poco animal,
al que se le quiere tener relajado.
Pues no veo casual que todas sean jóvenes,
de esplendidas formas, que exhiben alegres,
sus piernas cruzadas que atraen visiones,
además de escotes en los que se nota
que a todas les falta, algunos botones.

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